¿Qué es el lenguaje inclusivo y cómo usarlo?
El lenguaje inclusivo es un modo de comunicación que defiende la igualdad y tiene como objetivo evitar la discriminación. Mediante su uso, se pretende garantizar que no se excluya a personas de diferentes identidades de género, raza, etnia, discapacidad u otras características. Pero realmente, ¿qué es el lenguaje inclusivo y por qué deberíamos tenerlo en cuenta?
En muchos idiomas, como es el caso del español, el lenguaje inclusivo ha surgido como respuesta a la necesidad de superar el sesgo de género presente en muchas expresiones y términos tradicionales.
¿Por qué usar el lenguaje inclusivo?
Las razones por las que se promueve el lenguaje inclusivo están siempre relacionadas con la búsqueda de la igualdad, respeto y reconocimiento de la diversidad de la sociedad.
El uso tradicional de la forma masculina como genérica, tiende a perpetuar sesgos y contribuir a la invisibilización de las mujeres y otras identidades de género. El lenguaje inclusivo contribuye a superar la discriminación de género al reconocer y dar visibilidad a todas las personas, independientemente de su identidad sexual.
Pero el lenguaje inclusivo va más allá de la cuestión de género y se aplica a otros aspectos de la diversidad, como la raza o la discapacidad, entre otros. Así pues, el lenguaje inclusivo y exclusión de clase social suelen ir de la mano.
La sociedad es diversa y el lenguaje inclusivo busca reflejar dicha diversidad. Mediante su uso, se contribuye a una representación más justa, equitativa y respetuosa de la sociedad, siendo este uno de los grandes beneficios del lenguaje inclusivo en nuestros días.
Tipos y ejemplos de lenguaje inclusivo
- Desdoblamiento o duplicación de género. En lugar de utilizar únicamente la forma masculina para referirse a grupos mixtos, podemos utilizar ambos géneros. Por ejemplo: “amigos y amigas” o “ciudadanos y ciudadanas”
- Uso de formas neutras. Podemos buscar formas de expresión neutras que no estén asociadas específicamente con un género y, por lo tanto, no excluyan a nadie. Por ejemplo, en lugar de decir «todos los estudiantes» se puede decir «todas las personas»
- Uso de términos inclusivos. Podemos introducir términos que sean más inclusivos y que no estén ligados a una identidad de género específica. Por ejemplo, utilizar “persona” en lugar de “hombre” o “mujer” o “ciudadanía” en lugar de “ciudadanos”
- Uso de símbolos o letras inclusivas. Por ejemplo “@”, “e”, “x” en lugar de “o” o “a”
- Uso de la barra oblicua “/” Para decir, por ejemplo, “todos / todas” o “chicos / chicas”
- Evitar estereotipos. Podemos evitar expresiones y términos que refuercen estereotipos de género u otras formas de discriminación. Por ejemplo, “Persona fuerte” en lugar de “hombre fuerte” o “persona sensible” en lugar de “mujer sensible”
- Uso de formas inclusivas en construcciones gramaticales. Por ejemplo, “todos somos iguales” en lugar de “todos los hombres son iguales”
Lenguaje inclusivo y discapacidad
El lenguaje inclusivo también es relevante cuando se trata de referirse a personas con discapacidad. Utilizar un lenguaje inclusivo en este contexto, implica evitar términos que puedan ser estigmatizantes, poniendo por encima la importancia de la igualdad y el respeto.
Estas serían algunas de las pautas a seguir para utilizar un lenguaje inclusivo con respecto a la discapacidad.
- Centrarse en la persona, no en la discapacidad. Por ejemplo, diciendo “una persona con discapacidad” en lugar de “un discapacitado”
- Utilizar el lenguaje primero, colocando el término que describe la discapacidad después del sustantivo o pronombre. Por ejemplo, “Una persona con parálisis cerebral” en lugar de “un parapléjico cerebral”
- Evitar términos despectivos o médicos que puedan tener connotaciones negativas. Por ejemplo, decir “persona sorda” en lugar de “persona con pérdida de audición”
- Reconocer la diversidad de las discapacidades. No generalizar, reconocer que la discapacidad es diversa y afecta a las personas de manera única. Por ejemplo, evitar decir “las personas discapacitadas” y optar por “las personas con discapacidad”
- Utilizar términos positivos y respetuosos, que destaque las habilidades y contribuciones de las personas con discapacidad. Por ejemplo, decir “una persona que usa una silla de ruedas” en vez de “una persona confinada en una silla de ruedas”
La discriminación laboral representa una de las principales barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad. La labor de los centros especiales de empleo, junto con la utilización de un lenguaje inclusivo, ayudarán a garantizar la inserción laboral y en la sociedad de este colectivo con dificultades.
¿Qué dice la RAE sobre el lenguaje inclusivo?
Respecto a la Ley del lenguaje inclusivo en España, el 22 de marzo de 2023 se establece la ley orgánica que impulsa la implantación de un lenguaje no sexista. Su objetivo es la consecución de igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres.
Por su parte, según declaraciones del director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, “son los ciudadanos, al usar el idioma, los que establecen las reglas (…) Lo que comúnmente se ha dado en llamar lenguaje inclusivo, es un conjunto de estrategias que tienen por objeto evitar el uso genérico del masculino, mecanismo firmemente asentado en la lengua y que no supone discriminación sexista alguna” Respecto al uso de la letra “e” como marca de género inclusiva, sostiene “La RAE no es la única que puede normar esto, desde luego. La RAE siempre va un poco por detrás de la ciudadanía. La RAE lo que puede decir es que una fórmula como “les niñes” no está en los usos generales, no forma parte de la gramática, ni es ortodoxa esa manera de hablar y probablemente, en muchos lugares no la entenderán. Es más bien una manifestación política, una expresión que no tiene realidad práctica (…) si hay colectivos que quieren emplearlo o les parece preferente por razones de cualquier clase, pues son muy libres de tratar de imponerlo. Si alguien quiere implantarlo, adelante, y si lo consigue, pues lo felicitaremos en el futuro y en tal caso habrá que cambiar las normas de nuestras reglas para incorporarlo”.
Así pues, se desprende de estas declaraciones que, para la RAE, el uso del genérico masculino no supone una discriminación sexista y lo considera un género asentado inclusivo, que abarca e incluye a las mujeres, por lo que, implícitamente, rechaza el uso de las alternativas que ofrece el lenguaje inclusivo.