Qué es y cómo se calcula la productividad
La productividad es un valor económico fundamental que permite conocer y analizar si el desempeño de una empresa es correcto o no.
Cuando una empresa es productiva, no solo se refiere a su desarrollo económico, sino también al aprovechamiento de sus recursos materiales y humanos y a su competitividad respecto a otras compañías del sector.
¿Qué son los indicadores de productividad de una empresa?
Los indicadores de productividad son métricas utilizadas para evaluar la eficiencia con la que se utilizan los recursos para generar productos o servicios. Estos indicadores pueden variar según el sector y el objetivo específico de la medición. Aquí os presentamos algunos de los indicadores de productividad más comunes:
- Productividad del Trabajo: Es uno de los indicadores más utilizados. Se mide generalmente como la cantidad de bienes producidos por cada hora trabajada, o la cantidad de servicios proporcionados por empleado.
- Productividad del Capital: Calcula cuánto output se genera por cada unidad de capital invertido. Es útil para evaluar cómo se está utilizando la maquinaria, las instalaciones y el equipo.
- Productividad Multifactorial (PMF): Considera varios insumos a la vez, como trabajo, capital, materiales y energía. Este indicador es más completo y proporciona una vista más holística de la eficiencia.
- Eficiencia de Uso de Materiales: Mide cuánto producto se produce por unidad de material consumido. Es especialmente relevante en industrias donde los materiales son un componente significativo del coste de producción.
- Productividad de la Energía: Evalúa la cantidad de output producido por cada unidad de energía consumida. Es crucial para las industrias que utilizan grandes recursos de energía y para evaluar la sostenibilidad.
- Ratio de Producción: Este indicador compara el número de unidades producidas en un periodo determinado con la capacidad de producción teórica en el mismo periodo. Ayuda a evaluar cómo de cerca está una empresa de alcanzar su máxima capacidad productiva.
- Tiempo de Ciclo: Mide el tiempo que toma completar un proceso desde el inicio hasta el fin. La reducción del tiempo de ciclo suele ser un indicativo de mejora en la productividad.
- Tasa de Rechazo o Calidad del Producto: Aunque se centra más en la calidad, está relacionada directamente con la productividad, ya que un alto nivel de productos defectuosos puede indicar una baja productividad y eficiencia en el uso de recursos.
Estos indicadores pueden ser utilizados de manera aislada o combinada para proporcionar una evaluación más comprensiva de la productividad en diferentes contextos organizacionales o industriales. Además, su seguimiento continuo permite identificar tendencias y oportunidades de mejora en los procesos productivos.
Que es la productividad y cómo se calcula
La productividad, según la Real Academia Española, es “la capacidad o grado de producción por unidad de trabajo”, o también “la relación entre lo producido y los medios empleados, tales como mano de obra, materiales, energía, etc.” En otras palabras, la productividad es la relación entre aquello producido y los recursos que se han usado para ello.
¿Cómo calcular la productividad? La fórmula de productividad del trabajo
Medir la productividad laboral es un valor que todas las empresas deben monitorizar. Permite tomar decisiones basadas en el rendimiento de los trabajadores y la empresa en general.
La fórmula básica para calcular la productividad es:
Productividad = Input total / Output total
Donde:
– Output total es la cantidad total de bienes o servicios producidos.
– Input total es la cantidad total de recursos utilizados, como mano de obra, materiales, u otros.
La unidad de medida de la productividad depende de las unidades de output e input. Por ejemplo, en un contexto de fabricación, la productividad podría medirse en unidades producidas por hora de trabajo.
Además, hay diferentes formas de medir la productividad dependiendo de los insumos considerados:
– Productividad del trabajo: se calcula dividiendo el output total entre las horas de trabajo o el número de trabajadores.
– Productividad del capital: se mide por la cantidad de output producido por unidad de capital invertido.
– Productividad multifactorial: considera múltiples factores de insumos, como trabajo, capital, energía, y materiales.
Es importante considerar qué tipo de productividad se está midiendo y asegurarse de que los insumos y outputs estén claramente definidos y medidos adecuadamente.
Por otro lado, la fórmula para calcular la productividad de un trabajador es: producción / horas trabajadas. El resultado se expresa normalmente en euros y con la hora trabajada agregada.
Por ejemplo, para medir la productividad de una empresa que ha producido 100 unidades de un producto estimado en 100 € y que ha empleado 8 horas de trabajo en total, se dividen estas cantidades, siendo el resultado 12,5 € / hora. Alternativamente, el resultado también se puede expresar en unidades de producto. En este caso, 12,5 unidades de producto por hora trabajada.
La productividad marginal
La productividad marginal es un concepto clave en la economía que describe el aumento en el output producido como resultado de incrementar en una unidad el uso de un factor de producción, manteniendo todos los demás factores constantes.
Este indicador es fundamental para entender cómo las decisiones en el ámbito de la producción pueden influir en el crecimiento económico y la rentabilidad de una empresa.
Desde el punto de vista empresarial, la productividad marginal de un factor, como puede ser el trabajo o el capital, es crucial para determinar hasta qué punto aumentar o disminuir la cantidad de este recurso. Si la productividad marginal de un recurso es positiva, significa que añadir más de este recurso aumentará la producción total. Sin embargo, es importante tener en cuenta la «Ley de los rendimientos decrecientes», que sostiene que al aumentar la cantidad de un factor productivo mientras se mantienen fijos los otros, el incremento en el output total eventualmente disminuirá.
Esta ley implica que la productividad marginal no es constante y tiende a disminuir a medida que la cantidad de factor aumenta. Por ejemplo, añadir un trabajador adicional a una línea de montaje podría inicialmente aumentar significativamente la producción, pero a partir de cierto punto, cada nuevo trabajador añadido podría contribuir cada vez menos al output total, debido a la saturación de la capacidad de trabajo efectivo en el proceso productivo.
En el contexto de toma de decisiones, medir la productividad marginal ayuda a las empresas a optimizar sus recursos, maximizar su eficiencia y mejorar su competitividad en el mercado. Este indicador proporciona una base cuantitativa para decisiones estratégicas como la expansión de plantillas, la inversión en nueva maquinaria o la mejora de procesos, haciendo de la productividad marginal una herramienta imprescindible en la gestión empresarial moderna.
Cómo aumentar la productividad laboral: 6 estrategias para mejorar la productividad
Para incrementar la productividad de una empresa, es necesario analizar qué es lo que produce la empresa y los recursos que utiliza. Si se conoce lo que va bien y lo que no, se pueden incorporar algunas estrategias para incrementar este indicador:
- Invertir tiempo y recursos en la formación de los trabajadores, especialmente en competencias digitales. Aunque se tengan los conocimientos básicos, es importante que la plantilla esté constantemente actualizada en conocimiento para que la empresa sea rentable y competitiva, sobre todo en competencias digitales.
- Optimizar la gestión y la comunicación interna. Se debe asegurar que los procesos de facturación y de cobros y pagos de clientes sean ágiles y eficaces. Asimismo, la comunicación interna entre los integrantes de la empresa, tanto trabajadores como directivos, debe ser óptima para evitar errores en la producción o perder tiempo en reuniones demasiado frecuentes o largas.
- Invertir en equipamiento adecuado y en la digitalización del entorno laboral. La empresa debe abastecer a sus trabajadores de las herramientas que mejor resulten para obtener buenos resultados, así como adaptar el proceso de trabajo al entorno digital.
- Favorecer la flexibilidad laboral y la optimización del tiempo de trabajo. Facilitar el trabajo en remoto y llevar a cabo acciones como liberar espacios semanales de reuniones o adecuar los espacios al tipo de trabajo a desarrollar, como por ejemplo, salas cómodas para reuniones; y espacios aislados para favorecer la concentración y el silencio o el descanso. Todo ello es fundamental para incrementar la productividad. Un trabajador no puede estar concentrado y productivo todas las horas de la jornada; por tanto, entender los tiempos óptimos de trabajo y abogar por la flexibilidad tiene como resultado una mejora de la motivación y, en consecuencia, de la productividad.
- Entender a los clientes y preocuparse por su satisfacción. Ofrecer calidad en el servicio o producto es clave para el éxito de una empresa. Se puede aplicar un sistema de gestión de la calidad, donde se planifican las acciones y se controla la calidad de todo el proceso de producción, midiendo los resultados finales y revisando posibles errores para corregirlos y mejorar.
- Optar por el outsourcing, delegando parte de la producción de servicios o productos a otra compañía. Así, la empresa principal solo se tiene que focalizar en las tareas esenciales o que definen la marca.
Desde femcet, nos enfocamos en ofrecer una excelente externalización de servicios a los clientes que así lo deseen, garantizando calidad en todo el proceso. Disponemos de diferentes tipos de outsourcing: servicios de contact center y atención al cliente; servicios administrativos y manipulados; personal externalizado a empresas; y soluciones a medida.