Su experiencia de compra es distinta, así como sus necesidades a satisfacer, por lo que las estrategias de marketing que las empresas llevan a cabo pueden variar según si se dirigen a uno u otro. En este artículo entenderemos sus diferencias y sabremos cómo dirigirnos a ellos, siempre con el objetivo de ofrecer los mejores servicios de atención y mejorar la relación con los clientes y consumidores.
¿Qué es el consumidor y qué el cliente?
El consumidor es aquella persona que consume un producto o servicio; es decir, que satisface sus necesidades con él, aunque no necesariamente lo haya comprado. En cambio, el cliente es quien compra el producto o servicio, sea de manera esporádica o de manera habitual en la misma empresa, pero no necesariamente lo usa o consume.
Pongamos algunos ejemplos. Cuando compramos comida en un supermercado que vamos a cocinar en nuestra casa, somos consumidores y clientes. Además, si vamos habitualmente al mismo establecimiento y nos hacen una tarjeta de cliente, nos convertimos en clientes que pueden disfrutar de una serie de beneficios y descuentos.
En cambio, los juguetes que anuncian para navidad se dirigen a ambos: los clientes que van a pagar el producto (los adultos) y los consumidores finales (los niños y niñas).