No existe ninguna ley que ampare la obligatoriedad de expresar la existencia o no de discapacidad en una persona. Por lo tanto, no es obligatorio comunicar la discapacidad a la empresa, ya que se trata de una condición individual. Decidir comunicarlo a la empresa o no se trata de una decisión personal e íntima.
Existen diferentes motivos para plantearse el hecho de comunicar o no la discapacidad personal a una empresa. La discriminación, el miedo o la falta de confianza son factores clave que tienen peso a la hora de tomar la decisión. Por otro lado, muchas veces el desconocimiento de la existencia de subvenciones y bonificaciones fiscales, tanto para la empresa como para el individuo, influye también en la decisión de comunicar la discapacidad a la empresa.